El curso obligatorio para conducir motos de menos de 125cc para conductores del permiso B podría ver la luz para finales de año, según indicó recientemente Pere Navarro durante una intervención en unas jornadas sobre seguridad vial.
Así lo aseguró el propio director de la Dirección General de Tráfico (DGT) durante su participación en unas jornadas sobre Somnolencia y Conducción que se celebraron el 12 de marzo en Cantabria.
Tal como ANAES informó en enero, cuando el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, presentó las cifras de siniestralidad provisional de 2023, uno de los objetivos de la DGT en materia de seguridad vial para este año, era combatir la alta siniestralidad que sufría el colectivo motorista.
Para ello, una de las medidas en las que la DGT estaba trabajando era la puesta en marcha de una formación específica obligatoria para aquellos conductores del permiso B, con una antigüedad mínima en su permiso de tres años, que quieran conducir motocicletas de hasta 125 cc de cilindrada. Ahora se ha sabido, que la DGT espera ponerla en marcha antes de que finalice 2024.
Se sabe que la obligatoriedad de cursarlo no tendrá carácter retroactivo, es decir, que quién ya esté utilizando actualmente una moto con el permiso de coche podrá seguir haciéndolo, sin necesidad de superar esta formación, ya que solo será un requisito obligatorio para los nuevos conductores.
La puesta en marcha de esta formación, surgió en respuesta a la continuada petición, que desde hace años, se lleva haciendo a la Administración por parte de la Asociación Nacional de Autoescuelas, entre otras entidades, de que implante una formación mínima específica obligatoria a todos los conductores del permiso B que quisieran conducir también una moto de 125cc, para que lo hicieran con mayor seguridad. El objetivo final es contribuir a reducir la alta mortalidad que sufre el colectivo. Para ello, la DGT optó por poner en marcha un curso formativo previo, como ya habían hecho otros países de nuestro entorno, por ejemplo, Francia.
Y es que, según los últimos datos estadísticos ofrecidos por la DGT, aunque las motos no llegan al 14% del parque de vehículos, los motoristas representan el 26% de los fallecidos en siniestros viales.
Esta no es la única novedad que se incorporará en materia de seguridad vial para motoristas. Tal como anunció el ministro en enero, su ministerio y la DGT están estudiando incluir también modificaciones en las pruebas de obtención de ciertos permisos de conducir motos, sobre todo en la prueba de circulación abierta con tráfico. El objetivo es que esta prueba tenga más peso en el cómputo total de notas que la prueba en circuito cerrado, donde el aspirante debe realizar una serie de maniobras en un espacio delimitado y controlado. El objetivo es valorar mejor al aspirante en situaciones reales, en un entorno de tráfico real, tanto en zona urbana como interurbana.
Otras de las medidas que el ministerio de Interior y la DGT quieren implementar este año es el uso obligatorio de guantes homologados y casco integral en carretera. Y la recomendación de utilizar un sistema de airbag especial para motos, diseñado para proteger la zona del tórax de los motoristas, sobre todo aquellos que manejen vehículos de mayor cilindrada y que les ofrezcan mejor protección en caso de accidente.
Para el presidente de ANAES, Álvaro LLamas, esta es una buena noticia que responde a una vieja reivindicación del sector: «Nos parece justo y necesario que los conductores del B que quieran conducir motos de esta cilindrada, pasen por una autoescuela para recibir una formación específica mínima para que aprendan a conducir y manejar este tipo de vehículos de forma segura, ya que su control exige otras destrezas diferentes a las que se necesitan para conducir un vehículo de cuatro ruedas. Es por su propia seguridad y la del resto de conductores y usuarios de la vía.»