El Pleno del Congreso de los Diputados aprobó este jueves, 10 de octubre, la reducción de la tasa máxima de alcohol permitida al volante para todos los conductores, de los 0,5 g/l actuales a los 0,2 g/l.
Tras la aprobación por el Pleno del Congreso, por 175 votos a favor, frente a las 138 abstenciones del Partido Popular y los 33 votos en contra de VOX, el Gobierno tiene luz verde para reformar el artículo 20 del Reglamento General de Circulación (RGC), y que la medida, tras su entrada en vigor, equipare a España con otros países europeos referentes en materia de Seguridad Vial como Suecia o Noruega. La proposición no de ley (PNL) fue presentada por el Grupo Socialista en el Congreso.
El consumo de alcohol supone uno de los principales factores de riesgo durante la conducción de vehículos. En 2023, según el último informe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF), sobre una muestra de 862 conductores fallecidos por siniestros viales analizados, el 32,7% de ellos presentaba restos de alcohol en sangre y en la última campaña de vigilancia y control del consumo de alcohol y estupefacientes al volante, llevada a cabo por la DGT en agosto, fueron denunciadas 2.156 personas por conducir bajo la influencia del alcohol superando la tasa máxima permitida y otros 4.570 lo fueron por conducir bebidos, sin superar la tasa de 0,5 g/l de alcohol en sangre.
Hace pocas semanas, el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska ya anunciaba la intención de su ministerio de impulsar una reforma legal que rebajase la tasa máxima de alcohol hasta los 0,2 gramos por litro en sangre y hasta 0,10 miligramos de aire espirado, con carácter general para todos los conductores de vehículos, motorizados o no.
La aprobación de esta medida no ha quedado exenta de polémica ya que algunos partidos políticos acusaron al Ejecutivo durante el pleno de debate, de no haberla presentado acompañada de más estudios técnicos de expertos que avalaran el impacto que para la siniestralidad vial, tendría dicha reducción.
ANAES considera positiva esta medida de reducir la tasa máxima de alcohol permitida, en tanto que contribuye a reducir la siniestralidad vial y ayuda a alcanzar el objetivo final de recortar a la mitad el número de víctimas mortales en siniestros viales para 2030, con la esperanza de lograr, para 2050, la cifra de 0 fallecidos en las carreteras, tal como marcan los organismos internacionales.
«Para nosotros cualquier medida que vaya encaminada a mejorar la seguridad vial y sea capaz de reducir el número de víctimas mortales en nuestras vías a la vez que disuada e incentive a los conductores a no conducir tras haber ingerido alcohol, nos parece correcta y beneficiosa.» afirma el presidente de ANAES, Álvaro Llamas.
El presidente también anima a los diferentes grupos parlamentarios a que sigan trabajando en medidas similares que culminen en la reducción total de la tasa al 0,0 para todos los conductores, toda vez que defiende y destaca el papel sensibilizador y concienciador que tienen las autoescuelas en esta materia, cuando a través de la formación que se imparte en sus aulas, se enseña a los ciudadanos, conductores noveles o no, los peligros y consecuencias de mezclar conducción y alcohol.